"El hombre sabe que hay en el alma tintes más desconcertantes, más inolvidables y más anónimos que los colores de una selva otoñal. . . Cree, sin embargo, que esos tintes, en todas sus fusiones y conversiones, son representables con precisión por un mecanismo arbitrario de gruñidos y de chillidos. Cree que del interior de un bolsista salen realmente ruidos que significan todos los misterios de la memoria y todas las agonías del anhelo".
Cita de Chesterton en el final de "El idioma analítico de John Wilkins" de J. L. Borges (en Otras inquisiciones).

Fusiones y conversiones: esta concepción del lenguaje puede ser, también, una definición de la traducción como práctica transformadora y recreadora de sentido. En este blog sobre la traducción de poesía, sobre su teoría y su praxis, abrazaremos esa creencia en los "ruidos que significan", pronunciados, una y otra vez, con un matiz distinto. Eso proponemos aquí: que cada uno haga brillar su voz particular para la versión de un texto al que intentará honrar de la mejor manera: buscando que su música vuelva a aparecer en nuestro idioma.


viernes, 11 de febrero de 2011

no sólo libros sino todo

Una traducción es o bien gramatical, o bien transformante, o bien mística. Traducciones místicas son las traducciones del más alto estilo. Ellas expresan el carácter completo de la obra de arte. No nos dan la obra de arte real, sino la ideal. Todavía no existe que yo sepa ningún ejemplo completo de ellas. Hay que tener una cabeza en la que espíritu poético y espíritu filosófico se hallen compenetrados perfectamente.

A las traducciones transformantes, si quieren ser auténticas, les corresponde un espíritu poético máximo. El auténtico poeta de esta especie debe ser él mismo un artista hecho y derecho y poder dar a discreción la idea del conjunto de esta o aquella forma. Debe ser el poeta del poeta y ser capaz de hacerle hablar de esta o aquella manera al mismo tiempo. En tal relación está el genio de la humanidad con cada uno de los individuos de la humanidad.

Y de esta manera se pueden traducir no sólo libros, sino todo.

Fragmentos de "Polvos de polen", Novalis, 1798, traducción de Miguel Ángel Vega, en Textos clásicos de teoría de la traducción, Cátedra, Madrid, 1994