"El hombre sabe que hay en el alma tintes más desconcertantes, más inolvidables y más anónimos que los colores de una selva otoñal. . . Cree, sin embargo, que esos tintes, en todas sus fusiones y conversiones, son representables con precisión por un mecanismo arbitrario de gruñidos y de chillidos. Cree que del interior de un bolsista salen realmente ruidos que significan todos los misterios de la memoria y todas las agonías del anhelo".
Cita de Chesterton en el final de "El idioma analítico de John Wilkins" de J. L. Borges (en Otras inquisiciones).

Fusiones y conversiones: esta concepción del lenguaje puede ser, también, una definición de la traducción como práctica transformadora y recreadora de sentido. En este blog sobre la traducción de poesía, sobre su teoría y su praxis, abrazaremos esa creencia en los "ruidos que significan", pronunciados, una y otra vez, con un matiz distinto. Eso proponemos aquí: que cada uno haga brillar su voz particular para la versión de un texto al que intentará honrar de la mejor manera: buscando que su música vuelva a aparecer en nuestro idioma.


jueves, 14 de julio de 2011

El arte de perder

El arte de perder no es difícil de aprender.

Tantas cosas buscan perderse que,

cuando al fin se pierden, nada pasa.

.

Perdé algo cada día. Aceptá

que se te pierdan las llaves, las horas.

El arte de perder no es difícil de aprender.

.

Practicá, después, perder más, y más rápido:

lugares, nombres, el destino al que ibas.

Nada grave pasará, no pasa nada.

.

Perdí el reloj de mamá. Y la última

o anteúltima casa de las tres que quise tanto.

El arte de perder no es difícil de aprender.

.

Perdí dos dulces ciudades, algunos

de mis reinos. Perdí dos ríos, un continente.

Los extraño, sí, pero no pasó nada.

.

Te perdí a vos (tus bromas, el gesto que amaba)

y aquí me ven. Es que el arte de perder

no es difícil de aprender, aunque parezca

(escribilo) que algo pasó, que algo pasa.




Mi traducción del poema "One Art", de Elizabeth Bishop. El original, aquí.